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Del 16 al 22 de este mes se celebra en diversas ciudades europeas (entre ellas, varias españolas) la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, iniciativa con la que colaboramos. Su objetivo principal es que los gobernantes y la ciudadanía puedan recapacitar sobre el concepto de la movilidad sostenible, replantearse su modo de desplazarse y sensibilizarse ante los problemas asociados al exceso de tráfico motorizado.
La idea nació hace ya diez años como parte del trabajo de la Comisión Europea en el campo de la movilidad urbana (actualmente, sus dos objetivos principales, a largo plazo, son conseguir una logística de transporte con cero emisiones contaminantes y eliminar los coches diésel de todas las ciudades europeas), y se basa en cuatro pilares fundamentales:
- Dar la oportunidad a los habitantes de una ciudad de verla desde un punto de vista diferente al cortar ciertas zonas de la ciudad al tráfico.
- Concienciar a los ciudadanos para que usen medios de transporte alternativos al particular.
- Informar y sensibilizar a la gente sobre los efectos nocivos de la contaminación derivada del uso exacerbado del coche privado.
- Poner al día a la ciudadanía acerca del estado actual de los proyectos de movilidad sostenible en los que se trabaja desde los ayuntamientos.
El eslogan de la campaña de este año es “Movilidad Inteligente, Economía Fuerte”. La meta es potenciar la idea de que la movilidad sostenible puede llegar a tener un impacto muy significativo no solo en el medio ambiente o en la salud, sino también en la economía de una urbe o de un pueblo.
Habrá actividades de todo tipo para apoyar este movimiento, centradas especialmente en la concienciación social, como rutas escolares a pie y en bici, actividades educativas sobre movilidad urbana o paseos con personas que sufren de algún tipo de movilidad reducida. En el marco de esta semana se celebra también, el día 22, el Día Mundial Sin Coches, donde se insta a las personas a dejar aparcado, al menos durante veinticuatro horas, su vehículo privado.
El ejemplo de Suecia
Dentro del ámbito de la movilidad sostenible, hemos hablado anteriormente en el blog sobre la importancia de esta en el transporte público, y Suecia es uno de los países europeos que más está trabajando en este campo para introducir mejoras sustanciales en sus infraestructuras de transporte terrestre.
Uno de sus proyectos más ambiciosos ha sido la creación de la primera línea de autobús del mundo con vehículos eléctricos que se recargan de manera inalámbrica (similar al proyecto Victoria, que se implementó en 2013 en Málaga -una de las ciudades pioneras en España en experiencias Smart City -, y que contaba con un bus con triple sistema de carga eléctrica). Detrás de la iniciativa se encuentran, entre otros, la compañía de energía eléctrica estatal de Suecia, Vattenfall, y la empresa Scania, que fabrica camiones, autobuses y motores diésel.
En junio de este año, un autobús eléctrico comenzó a circular a diario en la localidad de Södertälje, perteneciente a la provincia de Estocolmo. Durante toda su ruta, este autobús funciona con un sistema de propulsión híbrido eléctrico. Lo más innovador del proyecto es que, al final de aquella, el vehículo, gracias a un receptor que lleva acoplado en sus bajos, puede recargar sus baterías en una estación inalámbrica que se encuentra instalada bajo la calzada. Se trata de un tipo de carga inductiva, que funciona mediante un campo electromagnético. Tras solo seis minutos de carga, el bus puede volver a realizar completa su ruta otra vez.
Este sistema presenta diversas ventajas: su impacto visual en el entorno es pequeño, es muy fiable, seguro (es imposible recibir una descarga eléctrica), tiene un desgaste mínimo y además no puede ser objeto de actos vandálicos. Ahora solo falta que comience a instaurarse en otras regiones y ciudades de Europa. ¿Pero viviremos la expansión de esta tecnología a corto plazo? En palabras del ingeniero industrial José Francisco Sanz, de la Fundación CIRCE,
"Lo que es la electrónica de potencia, el control, están en un punto, pongamos a un 99% de lo que haría falta. donde todavía nos queda más trabajo por hacer es en la parte de bobinas, donde realmente lo que está haciendo falta es encontrar fabricantes interesados en desarrollar este tipo de producto puesto que es algo novedoso y que no hay."
En relación a esto último, es necesario reseñar que las previsiones de ahorro económico y reducción de emisiones contaminantes que presenta este proyecto son muy halagüeñas, y se manejan cifras realmente elevadas. Sin ir más lejos, se ha calculado que una flota de 2.000 vehículos eléctricos como el que opera en Södertälje le supondría al ayuntamiento un ahorro de más de 70.000 € gracias a una reducción del 90% en el uso de combustible que se invierte actualmente (más de cincuenta millones de litros). Ahora es el momento de que los responsables de Scania hagan las cábalas necesarias para comprobar la viabilidad de la construcción de una flota de ese tamaño.
Si esta iniciativa obtuviera buenos resultados, podría abrir las puertas a otras de mayor envergadura en el país, como la construcción de carreteras eléctricas que sustituyan a las convencionales. En la ciudad de Gävle ya se están realizando pruebas de este tipo en un tramo de dos kilómetros, pero aún es pronto para sacar conclusiones.
En definitiva, la recarga inductiva es una vía muy innovadora y efectiva para hacer funcionar un autobús eléctrico. Sin embargo, no es la única con la que se experimenta en estos momentos. En próximos artículos os contaremos al detalle otras tendencias al respecto.